Feliz Navidad.

(Virgen con el Niño, de Bartolomé Esteban Murillo)

A todos los Herman@s y devot@s de esta
Hdad. Filial de Sevilla de la Virgen de la Sierra,
Patrona de Cabra (Córdoba)
les deseamos
Feliz Navidad y Año Nuevo 2.013

Festividad de la Esperanza.

(María Stma. de la Esperanza,
de la Hdad de Ntro. Padre Jesús Nazareno,
Alcalá del Río, Sevilla)

Esperanza, Confianza, proviene del latín. Es nombre de advocación mariana: Nuestra Señora de la Esperanza, conocida también como de la Dulce Espera, de la Expectación, o de la O. La invocan las mujeres que están embarazadas o que están a punto de dar a luz. El sobrenombre de la O le viene porque en el rezo de Vísperas de la Liturgia de la Horas se cantan desde el 17 de diciembre hasta Navidad, 7 antífonas, una para cada día, dedicadas a Jesús y que empiezan por ¡Oh!:

¡Oh! Sabiduría
¡Oh! Señor
¡Oh! Retoño de Jesé
¡Oh! Llave de David
¡Oh! Oriente
¡Oh! Rey
¡Oh! Emmanuel

Antiguamente, las antífonas empezaban el 18 de diciembre y acompañaban al Cántico de María, lo que hizo que ese día fuera conocido como el de María de la O. Actualmente, las antífonas son textos breves que preceden normalmente a los salmos dándoles un modo musical. En las Misas que se celebran del 17 de diciembre a la Navidad, las antífonas acompañan al Aleluya. La fiesta de Ntra. Sra. de la Esperanza fue establecida litúrgicamente en el décimo Concilio de Toledo del año 656, presidido por su Obispo San Eugenio III, con el nombre de Expectación del Parto. Con ella los obispos querían resaltar la fiesta de la Anunciación, el 25 de Marzo, que por caer muchos años en plena cuaresma, no permitía celebrar con el debido esplendor el misterio de la Encarnación del Verbo y el estado de buena esperanza de María.

(de la XI Exaltación de la Esperanza, pronunciada por Ntro. Hno. Fernando el 17 de diciembre de 2006)

Cultos en honor de Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza.

(Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza)

La Archicofradía de San Roque celebra a partir del próximo domingo día 16 de diciembre, los cultos en honor de su Dolorosa, la Virgen de Gracia y Esperanza, en su sede canónica, sita en la Plaza de Carmen Benítez.

Así en la jornada dominical esta corporación del Domingo de Ramos, celebrará Función Solemne en honor de la Virgen, a las 13 horas. La homilía correrá a cargo del Rvdo. Sr. Pedro José López Suárez, Párroco de San Pio X del Viar y de San José Obrero de Esquivel, pedanías de Alcalá del Río.

Intervendrá la Capilla Clásica del Sto. Crucifijo de San Agustín.

Durante los días 17 al 19 de diciembre, a partir de las 19:45 horas, Solemne Triduo en honor de la Dolorosa, con el siguiente orden de cultos: Rezo del Santo Rosario, Ejercicio del Triduo, Santa Misa y Salve. Ocupará la Sagrada Cátedra el mismo orador sagrado.

Durante los días de culto, la imagen permanecerá en horario parroquial en solemne y devoto Besamanos.

Nueva banda para María Santísima de la Sierra.



Imágenes realizadas por Ntro. Hno. D. Raúl Moreno Bonilla.

Cultos realizados por la Hermandad.

CULTOS REALIZADOS POR LA HERMANDAD DESDE EL MES DE NOVIEMBRE.
Convivencia organizada por la Hermandad de “San Roque”. El pasado 17 de noviembre se celebraron una misa y una convivencia en la que participó nuestra Hermandad junto a las Hermandades de Gracia y Esperanza de Sevilla y de la Patrona de Carmona, en la Casa Hermandad de “San Roque”.

Exposición de Glorias de Sevilla “El legado de la devoción”. De nuevo, como en otras ocasiones,  nuestra querida Hermandad ha participado en la Exposición organizada por la Sección de Glorias del Consejo de HH. CC. de Sevilla, en el Círculo Mercantil e Industrial, desde el 26 de octubre hasta el 4 de noviembre. Nuestra Hermandad ha colaborado cediendo uno de los enseres más significativos y peculiares, la nueva bandera realizada, recientemente, por Dª Inmaculada Navarro.

Rosario de San Román. El pasado 1 de noviembre la Hermandad del Rosario de la Parroquia de San Román celebró su Función Principal. Una representación de nuestra Hermandad asistió gustosamente a la misma.

Pura y Limpia. Se ha asistido a los Cultos de la Pura y Limpia del Postigo, celebrados en el Sagrario de la Catedral, el pasado jueves 6 de diciembre.

Operación Kilo de Navidad. Hasta el día 28 de diciembre se llevará a cabo la recogida de productos no perecederos. Un año más, y de la mano de Cáritas, todos los hermanos y hermanas que lo deseen podrán aportar productos para la operación Kilo de Navidad. Por recomendación de dicho organismo y el propio banco de alimentos, se aconseja que las aportaciones sean de productos de limpieza e higiene personal, en lugar de alimentos que es en lo que más se ha volcado la gente. Por este motivo, además de los alimentos, los diferentes hermanos y hermanas pueden colaborar donando lavavajillas, detergente, estropajos, esponjas, gel, champú familiar, dentríficos, papel higiénico, fregasuelos etc...

Nueva Banda para la Señora. Gracias a la generosa colaboración de nuestras queridas Hermanas Camareras, la imagen de María Santísima de la Sierra luce una hermosa banda realizada por una modista de la vecina localidad de La Rinconada. Al igual que la imagen de la Excelsa Patrona de Cabra, nuestra amantísima titular, porta una banda con los colores de la bandera egabrense, que le fue impuesta el pasado 6 de diciembre.

Vivir con responsabilidad el Adviento.

(La Anunciación, Fra Angelico)

VIVIR CON RESPONSABILIDAD EL ADVIENTO
Sábado, 01 de diciembre de 2012

Queridos hermanos y hermanas: Comenzamos en este domingo el tiempo santo de Adviento, en el que nos preparamos para recordar el nacimiento del Señor hace veinte siglos en la cueva de Belén.

Pero el Adviento no es el mero recuerdo de un suceso del pasado. Tiene una dimensión actual y un carácter profundamente espiritual. El Señor que va a nacer de nuevo para la Iglesia y para el mundo en la próxima Navidad, quiere nacer, sobre todo, en nuestros corazones y en las vidas de nuestras comunidades.

En las próximas cuatro semanas, vamos a escuchar en la liturgia a los heraldos del Adviento, los profetas que anunciaron la llegada del Mesías. Isaías, Zacarías, Sofonías y Juan el Bautista nos van a invitar a prepararnos para recibir al Señor, a allanar y limpiar los caminos de nuestra alma; en una palabra, a la conversión y al cambio interior, para acoger al Señor con un corazón limpio.

Adviento significa advenimiento y llegada; significa también encuentro de Dios con el hombre. En estos días, el Señor que vino hace 2000 años para salvarnos, se nos va a hacer el encontradizo. Para propiciar el encuentro con Él, yo os sugiero algunos caminos: en primer lugar, el desierto, la soledad y el silencio interior, tan necesarios en el mundo de ruidos y prisas en que estamos inmersos, tan proclive a la alienación y a la frivolidad. Necesitamos en estos días crecer en interioridad, entrar con sinceridad y verdad dentro de nosotros mismos para conocer cuáles son las ataduras, apegos e ídolos que se amontonan en nuestro mundo interior, que nos roban la libertad e impiden que Jesucristo sea verdaderamente el Señor de nuestras vidas.

El Adviento es tiempo también de oración intensa, humilde y confiada. La oración nos renueva y refresca y nos lleva a la conversión, porque nos ayuda a romper las cadenas que nos esclavizan. La oración nos ayuda además a agrandar los espacios de nuestra alma para que el Señor renazca en nosotros, ilumine todos los rincones de nuestro corazón que no le pertenecen y dé un nuevo sentido, una esperanza renovada y una insospechada plenitud a nuestras vidas.

Nuestra conversión al Señor que viene de nuevo a nosotros no será posible sin la mortificación, el ayuno y la penitencia, que no han pasado de moda y que preparan nuestro espíritu y lo hacen más dócil y receptivo a la gracia de Dios. Nuestro encuentro con el Señor en este nuevo Adviento tampoco será posible si no es al mismo tiempo un encuentro cálido con nuestros hermanos, con actitudes de perdón, de ayuda, desprendimiento, servicio y amor, especialmente con los más pobres y necesitados, los parados, los inmigrantes, los sin techo, que en estos momentos son legión como consecuencia de la tremenda crisis económica que nos aflige y que tanto sufrimiento y dolor está generando en nuestros pueblos y ciudades. No podremos decir que acogemos al Señor que viene, si no le acogemos en nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres.

El Adviento es uno de los tiempos especialmente fuertes del año litúrgico. Por ello, hemos de vivirlo con responsabilidad. En estas semanas tenemos un importante trabajo que realizar, el cambio interior, que hará posible que el Señor renazca en nosotros. Solo así viviremos la virtud propia del Adviento, la esperanza en el Dios que viene a salvarnos, que está con nosotros y nos alienta con la promesa de la vida eterna. Si así lo hacemos, viviremos la verdadera alegría de la Navidad, que nace de la experiencia del amor de Dios que se acerca al hombre. De lo contrario, viviremos una Navidad anodina, triste y desasosegada, porque nos faltará el protagonista, el Señor que nos trae la paz y la auténtica alegría.

San Lucas nos dice que la Virgen, después de dar a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón, queja que sólo admite parangón con aquella otra de San Juan cuando asegura que Cristo vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron. Dios quiera que no sea este nuestro caso en este Adviento y en la próxima Navidad. No dejemos que nos la secuestren los reclamos publicitarios y el consumismo enloquecido, que no sacian las ansias profundas de felicidad del corazón humano.

El mejor modelo del Adviento es la Santísima Virgen, que acogió a su Hijo, primero en su corazón y después en sus entrañas. Ella esperó al Señor con inefable amor de Madre y preparó intensamente su corazón para recibirlo. Que ella sea nuestra compañera y guía en estas vísperas de la solemnidad de su Inmaculada Concepción. Que Ella nos ayude a todos los cristianos de Sevilla a prepararnos para recibir al Señor y para que el encuentro con Él transforme nuestras vidas y nos impulse a testimoniarlo y anunciarlo a nuestros hermanos.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla